jueves, 4 de julio de 2013

Periodismo 2.0: Nuevo estilo de comunicación.



En pleno auge cibernético, época de los “nativos tecnológicos”, el rol del comunicador se sumergió en un vaivén de modificaciones, no sólo en materia técnica sino que también en su entorno. Hoy en día, las webs independientes y blogs han tomado un protagonismo que, décadas atrás, era impensado.



Los periódicos, revistas y las webs que pertenecen a grupos empresarios, sin importar su alineamiento político, social y económico, se han visto invadidas por periodistas freelance que carecen, en su mayoría, de haciendas monetarias. Le “pelean” mano a mano y, no conformes, vencen a los medios de comunicación ya instaurados en el tiempo.


El estéril panorama del periodista profesional no es, en exclusiva, un efecto de la crisis, que ha llevado aprestado un decremento de los ingresos de publicidad. Es por ellos que asevero, desde mi punto de vista, que el periodismo no está en crisis sino el negocio del periodismo.


Algunos me preguntan, café de por medio, si es leal la competencia entre los medios de comunicación con organigrama jerárquico y aquellos que medios personales…  Nos trasladamos a la lógica pura. Mientras más gente (no periodista) genera contenidos sin un objetivo monetario, más competencia se genera con aquellos que sí lo hacen por dinero.


Existen varios puntos que podrían tornarse negativos. Todos, sin excepción alguna, comunicamos. En el diálogo diario, durante el transcurso del día, nos  ubicamos en la vereda del comunicador, no necesariamente necesitamos una radio, diario o web. Esto sucede en las charlas con amigos, familia, vecinos y, ¿por qué no?, desconocidos.


Ahora, si de medios de comunicación se trata tendríamos que hilar más finos. En ese ámbito, el contexto modifica – o debería hacerlo – nuestra conducta. No es correcto hablar del mismo modo en una radio o en un recinto familiar. Allí aparece el “Como lo contamos”…


En la prensa escrita, web o gráfica, el “Como” se refiere a la sintaxis y el lenguaje que utilizamos. Debemos respetar las normas de escritura básicas, aquellas que en la escuela primaria tan agobiantes nos parecían. Allí circula la mayor preocupación de quienes, de alguna manera, nos apasiona el mundo del lenguaje y de la redacción.


Si de aspectos positivos hablamos, tenemos que desviar la óptica a la lealtad y objetividad con la que se emite el mensaje. Los intereses de quienes “postean”  contenido en la web – medios freelance - pertenecen a los propios autores y no a las editoriales o al personal jerárquico de una empresa.


La utilidad económica no se relaciona, hoy en día, con el éxito. Ni tampoco nos condiciona ante nuestros ideales a la hora de edificar una columna de opinión ni una nota para “nuestro” proyecto. Somos nosotros mismos nuestros jefes de edición, correctores o directores de redacción.


El periodismo 2.0, carente en muchos aspectos de la mediocridad e impunidad que reinan en algunos medios de comunicación, va tomando envión y, de a poco, logra vencer en esta pulseada que no sabe de ”Rating”…


Sin más que decir, me despido con un gran abrazo.
 
Atte. Un periodista blogger

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